Con las calles convertidas en ríos y el servicio de metro inundado, la policía de Nueva York informó de, al menos, 13 fallecidos, muchos de ellos atrapados en sótanos y alojamientos insalubres a los pies de los inmuebles de Manhattan, Queens o Brooklyn. 

“Entre las personas más en riesgo durante las inesperadas inundaciones están los que viven en sótanos no registrados y que no cumplen las reglas de seguridad”, escribió en Twitter la congresista demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez. “Gente trabajadora, familias inmigrantes y con bajos ingresos”, añadió.

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Tengo 50 años y nunca había visto tanta lluvia“, contó Metodija Mihajlov, un hostelero del Upper West Side, un estiloso barrio pegado a Central Park. “Era como una tormenta tropical, como en la jungla. Increíble”, añadió. 

Justo al norte de Manhattan, el condado de Westchester se encontraba aún bajo el barro y muchas de las tradicionales casas de la costa este tenían hasta 60 centímetros de agua. Uno de los responsables del condado, George Latimer, afirmó en CNN que tres personas se ahogaron al intentar huir de sus vehículos. 

“Tengo la impresión de haberlo perdido todo”, decía entre lágrimas Marcio Rodrigues, un mecánico entrevistado por la AFP en su inundado garaje de autos en Mamaroneck, al suroeste del condado. En el estado vecino de Connecticut murió un policía de tráfico. 

Sin embargo, el mayor número de víctimas se dio en el Estado de Nueva Jersey, donde “al menos 23 personas perdieron la vida”, señaló su gobernador, Phil Murphy. La mayoría de los fallecidos fueron sorprendidos en sus autos y probablemente se ahogaron, lamentó Murphy. 

A su vez, cerca de Filadelfia murieron cuatro personas, según las autoridades locales. 

La Casa Blanca declaró el estado de emergencia en los Estados de Nueva York y Nueva Jersey, ordenando a los agentes federales que “identifiquen, movilicen y proporcionen a voluntad los equipos y recursos necesarios”.