Los neandertales aliviaban sus dolores también con una especie de “aspirina” hace 48.000 años, masticando álamo, que libera una sustancia antiinflamatoria y analgésica, según una investigación precedente publicada a comienzos de marzo en la revista británica Nature.

En estos dos novedosos trabajos, publicados este miércoles por “El Boletín de la Asociación Internacional de Paleontología”, los investigadores analizan 4 dientes procedentes del lado izquierdo de la mandíbula de un hombre de Neandertal hallados en el yacimiento de Krapina, en Croacia, en los cuales han observado múltiples estrías y otros signos de manipulación.

“Consideradas en su conjunto, estas marcas corresponden a un cierto problema dental que hacía sufrir a los neandertales, que intentaban curarse a sí mismos con una especie de mondadientes”, explica David Frayer, profesor emérito de antropología de la Universidad de Kansas y principal autor de estos estudios, en los que también participaron el dentista Joseph Gatti y la conservadora del Museo de Historia Natural de Croacia, Davorka Radovcic.

“Se trata de un interesante conjunto de acciones que, consideradas en su totalidad, corresponden a lo que habría hecho en la misma situación un hombre moderno”, explica. “Todos los que tienen un día dolor de muelas saben lo doloroso que puede ser tener un diente incrustado”, bloqueado en el hueso.

Estos científicos, que analizaron los cuatro dientes al microscopio, no pudieron hallar la mandíbula para determinar si ese individuo padecía una infección en las encías, pero las estrías de los dientes hacen pensar que debían estar fuertemente irritadas.

Joyas fabricadas con garras de águila

Los investigadores constataron además que el premolar y una muela del juicio habían sido desplazados de su posición normal, y encontraron seis estrías en esos dientes, así como en los otros 2 molares.

“Estas marcas en el marfil dental indican que ese neandertal utilizaba un pedazo de alguna cosa para tratar de llegar al premolar incrustado”, estima el profesor Frayer.

La naturaleza de las marcas del premolar y de la muela del juicio hace pensar que este individuo trató de extraer el diente doloroso. Los científicos no han podido identificar la herramienta que habría utilizado pero probablemente se trata de un trozo de hueso o de una raíz.

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Esos mismos investigadores descubrieron hace años en el mismo yacimiento unas garras de águila trabajadas para ser utilizadas como joyas.

Estos hallazgos prueban, según el profesor Frayer, “la capacidad de estos primos de los humanos, desaparecidos hace 38.000 años, de modificar el entorno utilizando herramientas”, lo que sugiere, por lo tanto, que tenían capacidades superiores a las que se les atribuye habitualmente.

Entre 1899 y 1905 varios dientes, objetos y otros fósiles fueron hallados en el sitio croata de Krapina.

Un estudio publicado el pasado mes de abril, dirigido por el paleontólogo del Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS) y la Universidad de Burdeos, Francesco d’Errico, da cuenta del hallazgo en Ucrania de un fragmento de hueso de ave grabado hace 40.000 años que hace pensar también que el hombre de Neandertal tenía sentido de la estética.

AFP

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