Se cree que el hombre, del que no se tiene más información, murió en el otoño de 2013 aparentemente a causa de una enfermedad en el hígado que padecía. El cadáver fue hallado el pasado 14 de noviembre en estado de momificación en una de las habitaciones de la casa, ubicada en el barrio Simancas de la capital española.

Por supuesto, los vecinos estaban sorprendidos y aterrados de pensar que habían convivido tan cerca con un muerto. Todos coincidieron al decir que ninguno percibió olores extraños, aunque muchos recordaron que un inquilino del tercer nivel una vez dijo que había sentido olor a muerto, informa El País.

Efectivamente, los vecinos notaron la ausencia de Agustín, pero todos asumieron que el hombre había muerto en el hospital, ya que la última vez que lo vieron con vida fue cuando en una tarde de 2013 una ambulancia llegó para trasladarlo a un centro médico.

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Agustín vivía solo desde hacía mucho tiempo, ya que se había divorciado y su hija ya era mayor. En el buzón de correspondencia no cabía una carta más y ya le habían cortado los servicios de agua y luz, agrega El Mundo.

El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde tratan de establecer a ciencia cierta las causas de su fallecimiento, el cual, según se cree, no fue violento, ya que en la casa todas las cosas se encontraron en orden.

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