A su llegada a Brasil, Ortega prometió ventilar casos de corrupción en su país. Este miércoles participará en una cumbre de fiscales del Mercosur invitada por la fiscalía brasileña.

“Sí, voy a hablar de Odebrecht, el caso de corrupción en Venezuela y mi situación”, dijo a periodistas la fiscal, que afirma tener pruebas de supuestos pagos ilegales de la constructora brasileña Odebrecht a funcionarios venezolanos, incluyendo a Maduro.

Antes de llegar a Bogotá, la exfuncionaria participó por videoconferencia en un encuentro de fiscales que se llevó a cabo el viernes de la semana pasada en Puebla, México.

Allí, Ortega acusó a Maduro de estar involucrado en el megaescándalo de corrupción de la firma brasileña Odebrecht.

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“Tenemos el detalle de toda la cooperación, montos y personajes que se enriquecieron y esa investigación involucra al señor Nicolás Maduro y a su entorno”, dijo la exfuncionaria.

La fiscal venezolana salió de Bogotá un día después de que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le ofreciera asilo. Rumbo a Brasil, hizo escala en Panamá.

Hasta el momento, el gobierno de Michel Temer no ha hecho ninguna referencia pública a la llegada de Ortega, pese a ser muy crítico con el gobierno chavista a diferencia de sus predecesores Lula da Silva o Dilma Rousseff.

Analistas ven mensajes claros en los viajes de Ortega, primero, a Colombia y, ahora, en Brasil. “Esto resalta aún más esa distancia entre el gobierno de Venezuela y la mayoría de países vecinos”, dijo a la AFP Mauricio Santoro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro.

Con su viaje a Brasil, después de su llegada a Colombia el pasado viernes junto con su marido, Ortega burla una prohibición que le impuso el máximo tribunal de su país.

Con AFP

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