Mubarak había sido sometido en enero pasado a una operación y permanecía hospitalizado por las dolencias que presentaba en su aparato gastrointestinal.

“Se fue a la misericordia del señor esta mañana mi padre. Dios, perdónalo y ten piedad de él. En su tierra moriré, y la historia me juzgará a mí y a los demás. Con y en contra de nosotros, la patria permanece y la gente se va. Egipto es inmortal”, compartió en Twitter Alaa Mubarak, uno de los hijos del expresidente.

El exmandatario gobernó Egipto con mano de hierro desde que asumió la presidencia en 1981 después del asesinato de su antecesor, Anuar al Sadat, hasta que fue forzado a abandonar el poder el 11 de febrero de 2011 luego de 18 días de protestas en las calles del país.

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Después de la revuelta popular, el derrocado Mubarak fue juzgado por la muerte de cerca de un millar de manifestantes en la represión de las manifestaciones en su contra, pero finalmente fue declarado inocente por ese delito en 2014.

Desde que fue excarcelado, llevaba una vida muy discreta y alejado de los focos de los medios de comunicación. En su última imagen con vida –publicada por uno de sus nietos a principios de febrero– el expresidente apareció acostado en una cama, con el pelo completamente cano y muy desmejorado físicamente.

A raíz de la muerte de Hosni Mubarak, el gobierno egipcio decretó este martes tres días de luto.