Las elecciones legislativas en Holanda, este miércoles, con la ultraderecha antieuropeísta como favorita en los sondeos, serán el primer desafío para la Unión Europea (UE), en un año en el que los comicios en Francia y en Alemania, junto a la negociación del ‘brexit’, amenazan con zarandear el proyecto europeo, afirmó EFE.

Holanda, uno de los seis países fundadores de la Unión Europea, cuya economía crecerá alrededor de 2 % en 2017 y el índice de desempleo caerá hasta el 5,2 % de la población activa, según las previsiones, se ha convertido en un potencial agente desestabilizador de la UE, no solo porque el xenófobo y antiislamista líder del Partido de la Libertad, Geert Wilders, encabece las encuestas de intención de voto, pues parece que tendrá muy complicado forjar una coalición de Gobierno, sino porque los resultados de las elecciones del 15 de marzo pueden crear un cierto efecto “bola de nieve” que arrastre a los votantes franceses.

“El verdadero reto es Francia, que es un país central” en la construcción europea, explicó a EFE Teresa Pullano, profesora de Estudios Europeos en la Universidad de Basilea (Suiza).

Un buen resultado de la ultraderecha populista en Holanda supondría un empujón electoral para la ultraderechista Marine Le Pen, clara favorita en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia del 7 de abril, en unos sondeos que, a priori, pronostican su derrota en segunda vuelta sea quien sea su rival el 7 de mayo.

Pero cuesta fiarse de las encuestas después de que los institutos que realizan y evalúan los sondeos de opinión no anticiparan, en 2016, la victoria en el referéndum británico de quienes querían abandonar la Unión Europea (el ‘brexit’) ni, al otro lado del Atlántico, la victoria del republicano Donald Trump frente a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Solo un mes antes de la cita electoral holandesa, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y exministra francesa de Economía, Christine Lagarde, dijo estar “preocupada, como todo el mundo, por el resultado de algunas de estas elecciones” programadas para 2017 en Europa.

El argumentario de Wilders, que se alinea con las tesis de Le Pen y se presenta como el salvador de su país ante la amenaza de la islamización neerlandesa, gana adeptos en un contexto en el que, según alertó en un reciente informe el Centro Antiterrorista de Europol, el yihadismo sigue representando una amenaza latente, con Francia a la cabeza de la lista de objetivos.

Incluso, cabe mencionar, que para ganar más adeptos, Wilders está aprovechando el conflicto que Holanda tiene actualmente con Turquía.

“El líder xenófobo Geert Wilders aprovechó hoy en plena recta final de campaña el conflicto diplomático incipiente entre Ámsterdam y Ankara y reclamó que el gobierno “extradite al embajador turco”. Este sábado, el gobierno holandés negó el aterrizaje del ministro de Asuntos Exteriores de este país, Mevlüt Çavusoglu, que quería celebrar un acto a favor del referéndum de reforma constitucional alegando “riesgos para el orden público”, señaló la agencia.

EFE, además, indicó que en su comunicado Wilders aseguró que los turcos con doble nacionalidad de los Países Bajos “deberían probar que son leales a Holanda y rechazar los comentarios del presidente de Turquía”, e invitó a los miembros de esta comunidad que no estén de acuerdo con él “a irse y que no vuelvan”.

A esa dosis de incertidumbre en Holanda y en la Unión Europea se añaden los eventuales intentos de Moscú por desestabilizar los procesos políticos en la Unión, contra los que ha advertido directamente París y ante los que el gobierno holandés ha decidido contar a mano los votos en las legislativas, por miedo a que un ciberataque pueda alterar el recuento electrónico.

Finalmente, las terceras elecciones decisivas para el futuro europeo tendrán lugar el 24 de septiembre en Alemania, cuando la canciller Angela Merkel intentará renovar su mandato, tras 12 años en el cargo.

Aunque la reelección de la “mujer fuerte” de Europa no está asegurada, las encuestas sitúan como principal rival al socialdemócrata Martin Schulz, europeísta convencido y presidente de la Eurocámara entre 2012 y 2017, cuyo partido forma parte de la “gran colación” que gobierna actualmente Alemania.

A medio año vista de los comicios, la derecha populista de Alternativa para Alemania no supera el 10 % de intención de voto en los sondeos, pero para cuando los alemanes acudan a las urnas se espera que Bruselas esté inmersa en plena negociación con Londres para organizar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, con efectos difícilmente previsibles todavía.

A los mencionados retos se añade la presión migratoria en las fronteras y mares de la Unión Europea, que se espera aumente a medida que mejoren las condiciones meteorológicas, el delicado equilibrio del Gobierno y del sistema financiero italiano o el imperecedero escollo de la economía griega y las voces que vuelven a hablar de un ‘Grexit’ en la zona euro.

EFE.

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