Ese día, Galarza, que hoy permanece encarcelada bajo prisión preventiva, le escribió a las 5:52 de la mañana. Según La Nación, el mensaje enviado, palabras más palabras menos, decía: “Quedate tranquilo. No estuve con ese pibe”.

Sin embargo, a lo largo de la noche en la que ocurrió el asesinato hubo otros mensajes entre Galarza y Pastorizzo. En uno de ellos, enviado poco después de la medianoche, él le preguntaba si ella ya no lo amaba más, a lo que Nahir respondió que “No se puede dejar de amar a alguien en tan poco tiempo”.

Después de eso, los dos habrían hablado vía telefónica para luego volver a los mensajes escritos, en los que acordaban acabar con el vínculo que ambos sostenían desde hace años.

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Las conclusiones se desprenden del examen que se ha hecho de las conversaciones entre los dos y que han podido ser rescatadas de la aplicación WhatsApp de la joven. El informe indica que ella y Pastorizzo intercambiaron al menos 104 mil mensajes en el último año antes del homicidio, agrega Clarín.

Un abogado de la familia de la víctima asegura que tanto el vínculo entre los jóvenes como la autoría del crimen están comprobados. Sin embargo, dice que ahora se centrará en hacer evidente la alevosía por parte de Galarza.

Por su parte, el vocero de la confesa asesina asegura que en los mensajes hallados “hay cosas que no son publicables”, en las que se evidencia un supuesto maltrato de Pastorizzo hacia su compañera. Frases como “Que asco me das”, “sos un gato”, “pedazo de asco” y “sos enferma” hacen parte de los mensajes difundidos por el vocero.

La investigación de la comunicación entre los dos jóvenes busca establecer el tipo de relación que sostenían. En caso de demostrarse que había un vínculo y que Galarza actuó alevosamente, la joven podría pagar cadena perpetua (35 años de prisión).

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