En un acto público en el que participó el propio Duterte, al menos 2 decenas de vehículos con precios de 115 mil dólares (más de 300 millones de pesos colombianos) o más, fueron destrozados por un buldócer y una retroescavadora. Los restos de los carros tendrían que ser vendidos al “comprador de metal”, según la orden del mandatario, informa Reuters.

El año pasado, la Oficina de aduanas del país confiscó carros de contrabando por un valor estimado de 2,93 millones de dólares (cerca de 8.300 millones de pesos colombianos), y en total, fueron decomisados 866 millones de dólares en bienes de productos en general, también por su ingreso irregular.

Carlos Domínguez, ministro de Finanzas del gobierno filipino, dijo:

“No vale la pena evadir impuestos en Filipinas, así que mejor dejar de intentarlo, porque nunca será exitoso”.

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Según el medio Jalopnik, el contrabando de vehículos es uno de los problemas más importantes que hay en Filipinas, en parte porque los impuestos que se exigen pueden llegar al 50 % del valor de los carros avaluados en 77 mil dólares o más.

El gobierno de Rodrigo Duterte, además de medidas polémicas de este tipo, es bastante recordado por su guerra a muerte con los traficantes de droga en su país, en el que incluso se habrían hecho ejecuciones extrajudiciales que lo han puesto en el radar de tribunales como la Corte Penal Internacional.

Este video muestra la destrucción de los lujosos vehículos:

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