De plano, la columna del especialista publicada por The New York Times desecha la posibilidad de una ‘invasión’ de estadounidenses en territorio venezolano para acabar de una vez por todas con la tiranía que gobierna al país vecino, como lo desearían muchos venezolanos desesperados con el régimen.

Smilde asegura que los tiempos han cambiado y que no se puede comparar el ejército panameño de tan solo 15.000 efectivos (en aquella época) con los 115.000 más el armamento de Maduro, que incluye modernos aviones de combate, al tiempo que recuerda que en Venezuela aún un 30 % de la población  de 30 millones de habitantes aún apoya al presidente.

El profesor explica que encima de todo, la Panamá de 1989 tenía bases militares estadounidenses regadas por todo el territorio del país, lo que hacía más fácil un golpe como el que se dio, en el que un helicóptero extrajo al mandatario Manuel Antonio Noriega y lo llevó a juicio en Estados Unidos.

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Para solucionar la situación, en cambio, el columnista hace un llamado a los países que tienen que ver con Venezuela a que aprieten las tuercas en cuanto a las sanciones ya impuestas y que no se aumente el número de sancionados, pues ello tendría un impacto no deseado sobre el resto de la población que lucha ‘con las uñas’ para sobrevivir.

También dice que para que haya elecciones transparentes se debe cambiar la cúpula del Consejo Nacional Electoral y procurar que la asamblea constituyente sea verdaderamente nombrada de manera democrática y no a dedo, como lo es en la actualidad. Es necesario, dice el especialista en asuntos latinoamericanos, que para las elecciones de este año se convoquen veedurías internacionales.

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