La periodista Madison Marriage estuvo infiltrada en la cena, a la que asistieron 360 personas con el objetivo de recoger fondos para el Great Ormond Street Hospital de Londres, un centro para niños en la capital británica, informa BBC.

Marriage, que estaba allí para comprobar que las historias de acoso allí eran ciertas, denunció los excesos de los que fueron objeto ella y las demás mujeres que sirvieron como anfitrionas en la reunión, que se llevó a cabo el pasado jueves, 18 de enero, en el hotel Dorchester, agrega El País, de España.

Entre las denuncias que hizo, la periodista dijo que la “manosearon varias veces” y que varias de las trabajadoras que estaban allí pasaron por lo mismo. Además, dice que una de las cosas que le podía pasar a cualquiera de ellas era que, mientras hablaban con normalidad con un hombre, él les agarraba la mano. También dijo:

“Era manos por debajo de la falda, manos en el trasero, pero también manos en caderas, en la barriga; brazos rodeándote la cintura de manera inesperada”.

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Según el citado medio español, la organización de la cena les indicó a las mujeres que se pusieran ropa interior negra, para usar con las minifaldas que les serían entregadas. Además, debían dejar fuera del lugar los teléfonos celulares y tendrían que firmar acuerdos de confidencialidad, que no pudieron leer ni tampoco llevarse una copia. Todas ellas debían ser “altas, delgadas y bellas”. Por sus servicios se les pagaron 150 libras esterlinas (casi 600 mil pesos colombianos).

Luego de la grave denuncia, el Club de los Presidentes anunció su cierre, y la institución publicó un comunicado en el que rechaza las conductas y anuncia la apertura de una investigación para tomar “medidas apropiadamente”.

David Meller, vinculado al ministerio de Educación del Reino Unido y copresidente del Club, renunció a su cargo luego de que salieran a la luz las denuncias, mientras que la agencia de publicidad WPP, la más grande del mundo, anunció el retiro del apoyo que le había brindado a la organización hasta ahora.

Hasta la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, se ha pronunciado sobre el escándalo. Un portavoz de la residencia de la mandataria dijo que ella estaba “en shock” por las revelaciones, y que se sentía “incómoda” con ellas.

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