Uno de los residentes de Luebo, la ciudad en la que se produjo el atroz crimen, ofreció una entrevista a France 24, en la que aseguró, en condición de anónimo, que:

“Ella fue acusada de servirles pescado a los rebeldes que estaban luchando en el frente, en Kabao. Ellos dijeron que ella les dio unos fríjoles (o algo similar) que contenían pedazos de un pequeño pescado local”.

Otros testigos dijeron que los rebeldes armados obligaron al hijastro de la víctima, que estaba trabajando con ella al momento de servir la comida, a violarla en una plaza de la ciudad, de cerca de 40 mil habitantes y que estuvo bajo el dominio Kamuina Nsapu a principios de este año, agrega Independent.

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Después del atroz sometimiento, los dos fueron ejecutados y, de acuerdo con los reportes, ambos fueron objeto de otros ultrajes después de muertos. Los asesinatos, agrega el medio británico, hacen parte de rituales de protección llevados a cabo por los miembros del grupo rebelde durante los períodos de combates.

La mujer asesinada, que era dueña de un pequeño restaurante, aparentemente les sirvió pescado, una comida que está prohibida en esos lapsos, al igual que la carne y otros alimentos.

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