El nuevo dato revelado, que sugiere una posible premeditación por parte de la joven, es que Galarza desactivó la ubicación de su celular el 28 de diciembre (un día antes del homicidio) a las 7:15 de la tarde, informa Clarín.

La revelación surge de las investigaciones hechas al celular de la joven (del que también se han extraído conversaciones que los dos sostuvieron a lo largo del último año antes del asesinato), cuyos resultados fueron entregados a los abogados de Galarza y de la familia de Pastorizzo por el fiscal del caso, Sergio Rondoni Caffa.

De acuerdo con Rubén Virué, abogado de Silvia Mantegazza, madre de la víctima, al menos desde el 24 de diciembre, la joven mantenía activada la ubicación por GPS de su teléfono, por lo que, a primera vista, parece que Galarza no solía desactivar esa funcionalidad, sino que lo hizo solo horas antes del asesinato.

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Virué dice que si bien ese dato no cambia los cargos que se le imputaron a la joven, sí puede ser “un elemento que se integre en lo que es la alevosía”. Ese detalle podría tener consecuencias a la hora de definir la pena que tendría que pagar Galarza. Vale la pena aclarar que por “alevosía” se entiende un estado de indefensión de la víctima, en este caso, Fernando Pastorizzo.

Por otro lado, el fiscal Rondoni aseguró que, después de la indagatoria que rindió la joven el martes, no hay elementos que, por ahora, prueben que había maltrato por parte del joven asesinado. Además, dice que lo que indican los más de 104 mil mensajes de WhatsApp analizados es que entre los dos sí había una relación sentimental, agrega La Nación.

Hay que recordar que la defensa de Galarza trata de demostrar que Pastorizzo supuestamente la agredía físicamente y que entre los dos no había una relación formal. En caso de que eso se demuestre, la joven acusada podría evitar una condena de cadena perpetua, es decir, 35 años de prisión.

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