Según una declaración del ministro de seguridad del Estado norcoreano, la CIA habría sobornado a un ciudadano de ese país, identificado solo como Kim, para ejecutar el plan. De acuerdo con la versión, las posibles locaciones para darle muerte al líder serían el mausoleo donde reposan los restos de Kim Jong-il y Kim Il-sun, padre y abuelo de Kim Jong-un; o en un desfile militar, informa The Guardian.

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La Agencia Central Coreana de Noticias afirma que la inteligencia estadounidense le dijo al “asesino” que el mejor método para deshacerse de Kim es mediante el uso de sustancias radioactivas o nano venenosas, ya que no requiere contacto directo con el objetivo y sus efectos se podrían manifestar de 6 a 12 meses después del ataque, añade Independent.

Además, asegura que el elegido para el plan habría recibido 20 mil dólares por sus servicios (aunque The Guardian habla de una cifra mucho mayor, de 740 mil dólares) y un transmisor satélite. Sin embargo, las misma agencia, fiel al gobierno norcoreano, afirma que tal ataque es imposible. “Los criminales que se empeñan en realizar un sueño tan duro no pueden sobrevivir en esta tierra ni siquiera un momento”, dijo.

Naturalmente, las acusaciones del medio norcoreano son imposibles de corroborar, pero a propósito de la versión, The Guardian recuerda en otro artículo que la CIA tiene una larga lista de líderes que han estado en su mira, a veces con éxito, a veces no. En ese listado están Muammar Gaddafi, de Libia; Slobodan Milosevic, de Serbia; Saddam Hussein, de Irak; o Patrice Lumumba, del Congo. Sin embargo, el más célebre de todos ellos fue Fidel Castro que, lejos de caer en algún plan de la CIA, murió de viejo en su casa.

El supuesto plan de la inteligencia estadounidense para liquidar a su más enconado enemigo de los últimos años viene en medio de la tensión más fuerte que ha vivido el mundo, al menos desde los tiempos de la Guerra fría, por cuenta de las pruebas balísticas del país asiático y la amenaza de Estados Unidos de actuar para evitarlo.

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