Cuando fue trasladado al hospital, en medio de un severo dolor abdominal, Alejandro Manuel Mago Coraspe presentaba un cuadro avanzado de desnutrición e intoxicación, dice ABC de España, que agrega que una de las ratas podría haber estado envenenada.

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Dicha versión contradice lo que publica el portal Venezuela al Día, que citando al cuerpo médico explica que los galenos diagnosticaron que al hombre se le había presentado una obstrucción intestinal por haber consumido los huesos y cartílagos del roedor.

No obstante, el mismo reo, citado por El Nuevo Herald, dijo que estaba acostumbrado a comer ratas que él mismo cazaba, pero que las que le hicieron daño las halló en la caneca de la basura del penal, las cuales “probablemente estaban envenenadas” y fuera de eso “no estaban bien cocinadas”.

Más allá de cuál de las ratas le hizo daño, el relato de que no solo él sino varios de sus compañeros de cautiverio se alimentan de ratas tiene preocupadas a varias ONG en relación con las condiciones infrahumanas que viven los reos de este y otros penales en Venezuela.