El buque, con bandera panameña, transportaba 136.000 toneladas de hidrocarburos ligeros (condensados). Su tripulación, formada por 32 personas -30 iraníes y dos bangladesíes siguen desaparecidos mientras que las operaciones de búsqueda se intensifican.

La otra embarcación implicada, un carguero chino con bandera hongkonesa, transportaba 64.000 toneladas de semillas y no sufrió daños “que pongan en peligro su seguridad”.

Su tripulación, compuesta por 21 personas, todas de nacionalidad china, “ya fue socorrida”, según las autoridades.

En imágenes difundidas por la televisión estatal CCTV podía verse el buque en llamas en medio de espesas columnas de humo negro.

El accidente se produjo a unas 160 millas náuticas (300 kilómetros) al este de la desembocadura del río Yangtsé, cerca de Shanghái, en el este de China.

El artículo continúa abajo

Operaciones de limpieza

En paralelo a las operaciones de búsqueda, Pekín trataba de contener el impacto ambiental. El gobierno envió al lugar ocho navíos, de los cuales varios estaban destinados a las operaciones de limpieza, según la agencia oficial Xinhua.

El objetivo es “evitar cualquier desastre secundario” fruto de la colisión, precisó Geng Shuang, portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, en un comunicado. Por su parte, Seúl desplegó un navío de los guardacostas y un avión, a petición del gobierno chino.

“La investigación para [determinar] la causa de la colisión continúa”, afirmó Geng.

El petrolero Sanchi, de 274 metros de eslora, operaba para la empresa iraní Bright Shipping y realizaba una ruta hacia Corea del Sur para entregar su carga, explicó el ministerio de Transportes chino.

Según el portavoz del ministerio del Petróleo iraní, Kasra Nuri, el buque siniestrado pertenecía a la National Iranian Tanker Company (NITC), el operador que administra la flota de buques petroleros del país.

Según él, el buque transportaba productos de condensado comercializados por la compañía petrolera nacional iraní NIOC, y destinados a la empresa surcoreana Hanwha Total (una empresa mixta entre la francesa Total y el conglomerado surcoreano Hanwha).

El estrecho de Singapur es una ruta marítima muy utilizada, lo que aumenta el riesgo de colisión, como la ocurrida el pasado agosto ente un petrolero y el destructor estadounidense “USS John McCain”. Aún así, los choques en alta mar siguen siendo inusuales.

Con AFP.

LO ÚLTIMO