En el interrogatorio conducido por la policía y representantes del gobierno de Murcia (España), la pareja fue separada para conocer detalles básicos de su relación y así poder determinar si su matrimonio era o no un montaje.

En cuanto a las sábanas, la mujer aseguró que “eran verdes con círculos blancos y un edredón beige”, mientras que el hombre dijo que “eran de muchos colores” y “no tenían edredón”, publicó El País.

A esto se le sumó que tampoco pudieron decir correctamente el sitio donde cada uno dormía: el hombre dijo que lo hacía del lado derecho y su esposa del izquierdo, mientras que ella dijo lo contrario.

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De hecho, no se pusieron de acuerdo en prácticamente nada: ni el sitio dónde iban hacer mercado, ni la hora en que suelen levantarse en los días laborales y mucho menos en el tiempo que duraron de novios antes de contraer nupcias. Ella ni siquiera dio un número, argumentando que “no lo recordaba”, añade el medio ibérico.

La pareja habría montado toda esta farsa debido a que el hombre es un inmigrante en España y habría contraído matrimonio para obtener la residencia. Luego de que su charada se desmoronó, intentaron apelar solicitando una tarjeta de residencia temporal de familiar de un ciudadano de la Unión Europea, pero luego de toda la investigación hecha por las autoridades, y las pruebas contundentes de que “no existía una auténtica relación conyugal”, el gobierno de Murcia denegó esta posibilidad.

El País explica que este tipo de casos no son considerados delitos en España, y no conllevan penas de cárcel, pero sí sanciones administrativas con multas de hasta 10.000 euros (34’597.070 pesos colombianos al cambio).

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