Por eso, el excongresista estadounidense David Jolly dijo que el empleado de Twitter que hizo la fechoría en su último día de trabajo, este jueves, podría ser un serio candidato para obtener el prestigioso galardón, que entrega cada año el Comité Noruego del Nobel. En Twitter, Jolly escribió:

“Solo lo diré, el empleado de Twitter que desactivó la cuenta de Twitter de Trump por 11 minutos podría convertirse en un candidato para el Premio Nobel de Paz”.

Pero no solo han pedido el Nobel para él. Otros consideran que merece muchas otras bondades. Por ejemplo:

“Por favor, denle al empleado saliente de Twitter que desactivó la cuenta de Trump en su último día una medalla, un título de caballero, una botella de champaña y una pequeña isla tropical”.

Otros, con notable emoción, escribieron:

“Al héroe que cerró la cuenta de Twitter del viejo chocho (traducción libre para “dotard”) hoy… ¡te saludamos por hacer lo que todos queríamos hacer!”.

Otros hablaron con más elegancia:

“El empleado de Twitter que desactivó la cuenta de Twitter de Trump en su último día de trabajo… aplausos”.

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El propio presidente Trump comentó sobre la breve ausencia de su cuenta, que tomó por sorpresa a sus más de 40 millones de seguidores. En la mañana del viernes, el mandatario escribió un mensaje en el que trata de “deshonesto” al empleado que lo hizo.

Sin embargo, más allá de lo divertido que pueda ser el asunto, queda la sensación de que Twitter es un lugar muy inseguro si se piensa, por ejemplo, en un eventual ‘hackeo’ a esa cuenta que, en malas manos (unas que escriban, digamos, “Ordené invadir Corea del Norte”), podría, literalmente, llevar al mundo a una guerra.

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