La iniciativa endurece las reglas para este tipo de transporte —que conecta pasajeros y conductores a través de aplicaciones de celular—, exigiéndoles que obtengan una licencia de parte de la administración pública local, entre otras disposiciones.

De ahí la incisiva campaña impulsada por Uber desde que el proyecto de ley empezó a avanzar a todo vapor en el Congreso Nacional.

Los defensores del proyecto aseguran que busca regular el mercado de transporte individual de pasajeros, pero sus detractores afirman que cuando la ley se promulgue, todos los choferes de Uber pasarán automáticamente a la ilegalidad, hasta conseguir dicha licencia.

“Todos los conductores quedarían fuera de la legalidad (…), el proyecto tenía un propósito anti-Uber”, dijo a la AFP el diputado Daniel Pires Coelho, contrario a la propuesta.

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“Nadie va a estar prohibido al día siguiente; eso es una mentira”, respondió Carlos Zarattini, autor del proyecto.

Una vez que la ley se apruebe, “habrá un tiempo para que cada uno se organice”, aseguró a la AFP.

Para Zarattini, la iniciativa genera polémica porque existen empresas que “no quieren ser reguladas” como un servicio público de transporte.

En vísperas de la votación, representantes de Uber llevaron hasta Brasilia 815.000 firmas en contra del proyecto.

Una centena de vehículos que trabajan con la plataforma se concentraron el lunes en la céntrica Avenida Paulista en Sao Paulo.

“No pueden acabar con Uber, Cabify, 99Taxi. Quieren terminar con nosotros. No quieren arreglar las cosas o ayudar“, se quejó Priscila Ferreira dos Santos, que conduce un vehículo ligado a la aplicación.

“No tengo marido. Con esta actividad sustento mi casa. Entonces tengo que luchar por esto”, agregó.

Nuevas manifestaciones fueron convocadas para el martes en Sao Paulo, Brasilia y Rio de Janeiro.

Para los representantes de Uber y de otras aplicaciones como Cabify, la nueva ley inviabilizará en la práctica el servicio y representará una victoria del lobby de los sindicatos de taxistas.

Uber tiene más de 500.000 conductores y 18 millones de usuarios en Brasil, según datos de la propia empresa. La compañía opera en más de 600 ciudades del mundo, en muchas de las cuales enfrenta resistencias.

En uno de los episodios más emblemáticos de esta tensión, las autoridades de Londres suspendieron recientemente su licencia.

AFP

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