Lo anterior, para que otros padres tengan cuidado con sus bebés recién nacidos.

Según Kendall, el pequeño Oliver Jaz Miller tuvo que pasar 21 días hospitalizado después de que los médicos que le diagnosticaran herpes neonatal.

“Como podrías imaginar, mi pareja y yo estábamos conmocionados; no podíamos comprender lo que acaba de decir [el doctor]”.

Posteriormente, el médico le explicó a la madre que el menor contrajo la enfermedad por un beso, o algún contacto, de alguien que sufre “herpes labial”.

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Los padres de Oliver tuvieron que llevar el niño al hospital cuando solo tenía 11 días de nacido y los médicos solo pudieron diagnosticar el herpes “después de 8 días de ver a Oliver pelear por su vida en la Unidad de Alta Dependencia”.

Kendall contó que si no hubieran llevado a tiempo a Oliver al hospital, la historia hubiera podido ser diferente.

Ahora, el bebé se encuentra fuera de peligro, pero tendrá que tomar antibióticos por 6 meses y asistir continuamente a controles médicos.