Con sus inicios en 2011, la revuelta en Siria contra el régimen de Bashar al Asad se transformó en una devastadora guerra que ha dejado cerca de la mitad de la población desarraigada y un país en ruinas.

Víctimas 

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que dispone de una vasta red de informantes en el terreno, ha contabilizado 321.358 muertos. Entre ellos más de 96.000 civiles, incluyendo 17.000 niños.

El país contaba con unos 23 millones de habitantes antes del conflicto. La mitad de la población se vio obligada a dejar sus hogares por la guerra. Dentro del país hay unos 6,6 millones de desplazados.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), 4,7 millones de personas se encuentran en zonas difíciles de acceso y en ciudades sitiadas.

Refugiados 

La guerra ha obligado a 4,9 millones de personas a huir del país, según datos de Acnur del mes de febrero.

Turquía se ha convertido en el principal lugar de asilo de los refugiados, con 2,9 millones de sirios registrados por la agencia de la ONU.

En El Líbano Acnur registró un millón de personas, aunque una fuente gubernamental asegura que son más de 1,5 millones.  En Jordania la agencia contabilizó a 630.000 pero las autoridades de ese país dicen que son 1,4 millones.

Además hay alrededor de 225.000 sirios en Irak y 137.000 en Egipto.

Según Acnur un 90% de los refugiados sirios vive bajo del umbral de pobreza y al menos 10% está onsiderado como “extremadamente vulnerable”.

Encarcelados y torturados

El 7 de febrero de 2017, Amnistía Internacional acusó al régimen de Asad de haber ahorcado a unas 13.000 en cinco años, entre 2011 y 2015, en la tristemente célebre prisión de Saydnaya, cerca de Damasco, y denunció una “política de exterminio”.

La organización apunta que a estas ejecuciones se agregan unas 17.700 personas muertas en las mazmorras del régimen, una cifra ya contabilizada anteriormente por Amnistía.

Según el OSDH al menos 60.000 personas murieron en seis años, torturadas o por las terribles condiciones de detención en las prisiones del régimen. Desde que comenzó el conflicto 500.000 personas transitaron por las cárceles del régimen, según el OSDH.

Además, según el Observatorio, “varias miles” de personas murieron en las prisiones de los grupos rebeldes y yihadistas.

Investigadores de la ONU acusaron en febrero de 2016 al régimen de Damasco por el “exterminio” de los detenidos, afirmando que las muertes masivas de prisioneros son el resultado de una “política de Estado”.

Economía moribunda

Según los expertos, el conflicto ha dañado la economía al punto de hacerla retroceder al nivel que tenía hace tres décadas, privándola de casi todos sus ingresos, con la destrucción de la mayoría de las infraestructuras.

El sistema de educación y el de salud están en ruinas.

En 2015, una coalición de 130 oenegés denunciaron que Siria subsiste casi sin electricidad, ya que el 83% de la red eléctrica ha sido destruida.

Más del 80% de la población vive por debajo del umbral de pobreza según un estudio publicado en abril de 2016 por la ONU y la universidad de Saint Andrews (Escocia). El estudio señala igualmente que la economía se contrajo un 55% entre 2010 y 2015.

AFP

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