La idea surgió luego de que en febrero pasado, la Casa Blanca les ordenara a sus trabajadoras que tenían que “vestirse como mujeres”. El comentario fue recibido por muchos como sexista, recuerda Indy 100, pero al mismo tiempo fue la semilla de la protesta artística que hoy tiene fascinados a muchos en todo el mundo.
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Las obras de la artista fueron presentadas en el Nasty Women Exhibition Amsterdam, en Holanda. El dinero que se recogió en la exposición, de la cual también participaron otros 200 artistas, fueron donadas a varias organizaciones, entre ellas She Funds, que busca respaldar a otros colectivos que trabajan a favor de una paternidad planificada y de los derechos de las mujeres, escribió la propia artista en Bored Panda. También dijo:
“Al vender mis Trump-pasteles, hago que él contribuya a estas organizaciones, pese a la prohibición de apoyo público a ellas”.
Estos son algunos de los cambios de ‘pinta’ que la artista le ha hecho al presidente. Otras pueden verse en Bored Panda:
Pero no solo Trump ha sido blanco del ‘chispazo’ (y protesta) artístico. Nijkamp también les ha cambiado la ropa a mandatarios como el francés Emmanuel Macron y el ruso Vladimir Putin:


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