Leon Hayward, líder del grupo de 6 personas (en el que había 3 turistas estadounidenses y 3 nativos), dijo que construyeron la islita con una mezcla de arena negra, conchas de mar y tablas de madera para equilibrar el peso, y que la labor les tomó 6 horas en la tarde del domingo 31 de diciembre, informa Time.

Al terminar el trabajo, instalaron una mesa de picnic y una nevera portátil para llevar la bebida. Allí estuvieron toda la noche de año nuevo mirando los juegos pirotécnicos y, en la mañana del lunes primero de enero, la isla todavía estaba intacta, en el agua, a algunos metros de la costa.

Las autoridades, lejos de sentirse ofendidas o pensar que les habían metido ‘un gol’ con la idea, celebraron la creatividad de los amigos, agrega Indy 100. De hecho, el inspector John Kelly dijo:

“Es un pensamiento creativo; si hubiera sabido, probablemente me habría unido a ellos”.

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La mayor Sandra Goudie dijo que tanto propios como extraños se divirtieron con la ocurrencia de los amigos, y alabó la creatividad del grupo. Además, reconoció que las personas que los vieron estaban entretenidas y que en ningún momento el hecho se prestó para inconvenientes. Por eso, es poco probable que el grupo tenga que enfrentar a la justicia.

Consumir alcohol está prohibido en la península de Coromandel (la región neozelandesa en la que se llevó a cabo la curiosa idea) en días festivos y entre el 23 de diciembre y el 6 de enero, al menos desde 2003. Violar la reglamentación implica una multa de 180 dólares (más de 540 mil pesos colombianos) y un eventual arresto, indica BBC.

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