Hay una tendencia en el mercado colombiano de motocicletas a “subir de estrato”. Lejos estamos de los tiempos en que las motos eran solo para repartir domicilios o movilizar a las personas de bajos recursos. En un mercado que se ha convertido en el duodécimo a nivel mundial, la importación se la juega ahora por marcas premium y de alto contenido.

Esto es normal en un segmento como el de motocicletas que ha crecido explosivamente en los últimos años. En 2020 se vendieron más de 600.000 motos, y las cifras apuntan para números similares en 2021 a pesar de las dificultades de logística, el dólar y la escasez de materiales. La pandemia también ha hecho que muchos “gomosos” que antes invertían su dinero en viajes al exterior hayan preferido las “rodadas” en motos a destinos nacionales.

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La pionera en este segmento fue Royal Enfield, importada por el grupo Corbeta desde hace unos ocho años. La marca de origen inglés pero ensamblada en India ha vendido un número marcado de unidades caracterizadas por su diseño tradicional, al estilo de las grandes motos británicas de los años 50 y 60, además de otras más aventureras y con diseño para terreno destapado.

Desde entonces, las principales importadoras han multiplicado sus opciones. Grupos como Auteco, que tenían una participación enfocada en las opciones masivas, han potenciado su presencia en el segmento premium con opciones “de estrato 5”: de lujo, pero todavía al alcance de un amplio sector de población, con precios inferiores a 40 millones de pesos.

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Justamente, Auteco ha potenciado esta aparición con dos marcas: Benelli y Husqvarna. La primera es una marca italiana con capital chino, que es vendida en más de 400 concesionarios a nivel nacional. Los compradores que ven una moto como la urbana TVS o la scooter Kymco pueden encontrarse con una opción muy interesante de carretera, offroad y motores desde 125 hasta 400 centímetros cúbicos.

Otras marcas como Husqvarna, KTM y Kawasaki dentro del grupo operan desde otros niveles. La marca sueca ensambla en la planta de Auteco de Cartagena sus motocicletas compactas ‘offroad’, un diseño llamado “motard” y muy visto en competencias urbanas en Europa. KTM también ensambla sus opciones deportivas de acceso en Cartagena.

Un nuevo actor que ingresa en este segmento es Los Coches, que asumió la representación del grupo Piaggio. Esta representación incluye desde las clásicas scooters Vespa (que empiezan en 11 millones y, como los automóviles Mini, son reediciones de un diseño icónico de los años 60) hasta las superdeportivas Aprilia.

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De hecho, las Vespa recuerdan el mismo origen de la industria de ensamble de motocicletas en Colombia. Sus hermanas Lambretta fueron ensambladas en 1962 en Medellín por Auteco, que así empezó su carrera de fabricación en el sector automotor. Las marcas Moto Guzzi y Aprilia complementan la participación del tradicional concesionario, que se ha convertido en importador y además representa los vehículos todoterreno Can-am.

Otras marcas ya tradicionales como Yamaha, Honda y Suzuki también han visto un crecimiento importante en estos segmentos, e incluso las de alto lujo como Ducati (importada por Volkswagen), BMW Motorrad y KTM han crecido. Aun así, sus productos ya superan los 50 millones de pesos, lo que las aleja del acceso a un público masivo y las deja para un mercado extremadamente selecto.