El autor se ha fijado en los diálogos y los guiones de la serie ‘Los Simpson’, que cuentan la vida de una familia media norteamericana, aunque ya había estudios sobre cómo recibe la audiencia la serie.

En declaraciones a Efe, él mismo se define como un “friki doctor” porque es un “superaficionado” de la serie, nacida en 1987 como una cortinilla comercial, convertida en una telecomedia de 21 minutos en diciembre de 1989 y emitida en decenas de países.

Los personajes principales son Marge, de 34 años; Homero, de 36; y sus hijos Bart (10), Lisa (8) y Maggie (1), que siguen con la misma edad después de tres decenios de aventuras y “predicciones”, entre ellas, la de que Donald Trump sería presidente de EE. UU.

Los Simpson

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“No envejecen y cada vez que hablan del futuro parecen adivinos. Crean distopías que se cumplen porque llevan a la sociedad al esperpento aunque, como sucede con el caso de Trump, la realidad supere a la ficción”, según Tovar, que es doctor interuniversitario por las universidades españolas de Sevilla, Málaga, Huelva y Córdoba.

Su éxito se debe a que, más que un producto para el entretenimiento:

“Es el espejo más satírico, irónico y certero no solo de la sociedad estadounidense, sino de la occidental”, dice el autor.

Su conclusión es que la serie se podría revelar como una potente herramienta pedagógica, porque se pueden enseñar con ella diferentes materias.

Una de ellas es la cuestión de género: Marge, hija de inmigrante francés, sensible y “leída”, tiene aspiraciones que se truncan cuando se casa con Homer. Entonces, se convierte en una mujer plegada a los deseos de su familia y a las necesidades de su marido, aunque convencida de que la vida de su hija Lisa debe ser diferente a la suya.

The Simpsons

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En cuanto a Homer, “representa todo lo que un ser humano no tiene que ser: vago, machista, aficionado al alcohol… pero también es un gurú del emprendimiento”.

“Hace un estudio de mercado cada vez que detecta una necesidad, como comprar una máquina cuando nieva en Springfield (donde viven) u ordenarse reverendo para oficiar matrimonios homosexuales, e inventa cosas como el ‘tomaco’ o su ‘flambeado’, pero todo por ciencia infusa, sin método ninguno y con el solo objetivo” de hacerse rico, precisa Tovar.

La serie también critica el periodismo sensacionalista y los padres que “enchufan a sus hijos a un aparato (la televisión) sin saber qué es lo que ven”, explica Tovar.