El suicidio es una de las causas de muerte más comunes en las personas a la comunidad LGBT+ a causa del ‘bullying’ y la homofobia.
La homosexualidad encabeza la lista de crímenes de odio en el mundo. Esto quiere decir que hay personas que se dedican a cazar y asesinar personas de la comunidad LGBT+.
Miles de personas son obligadas por sus familias a hacer terapias y tomar medicamentos para ‘curarse’ de la homosexualidad.
Ser homosexual es visto como una aberración por las religiones, y afirman que es un pecado que “no tiene perdón de Dios”.
En diferentes países está prohibido que los homosexuales se casen, tengan seguridad social o adopten hijos, mientras que para los heterosexuales es un derecho natural.
Los homosexuales deben confesar su orientación sexual a su familia y amigos como si fuera un secreto. Miles de personas son expulsadas de sus hogares al decir que les atrae el mismo sexo.
En los medios de comunicación se publica una noticia cada vez que un famoso sale del clóset. Muchas veces, confesar ser homosexual les trae rechazo, violencia y discriminación.
Palabras como: ‘homosexual’, ‘marica’, ‘lesbiana’, ‘cacorro’, ‘maricón’ y sus respectivas acepciones, a menudo son utilizadas para ofender a las personas.
En algunos países, la homosexualidad es considerada un crimen y las personas que son “descubiertas”, son encarceladas y hasta reciben penas de muerte.
Lo más común es que a las personas les guste el sexo opuesto. Y esta es la premisa que se ha utilizado para catalogar a la comunidad LGBT+ como algo anormal, antinatural y aberrante.
Solo por ser una minoría, han sido reprimidos, maltratados, asesinados, discriminados, y han perdido sus trabajos, familias, amigos y hogares durante muchas décadas.
La comunidad LGBT+ sale todos los años a las calles de todo el mundo a pedir igualdad y respeto, luchan para tener los mismos derechos que el resto de seres humanos y que sean tratados como tal.