El vehículo lo agarró en el barrio La Soledad y aunque le sugirió una ruta al conductor, este tomó otro camino, supuestamente para llegar más rápido, contó Puerta a La Red.

Agregó que cuando ya estaba llegando a su destino, él le pidió que le diera el dinero exacto porque no tenía cambio. El carro se detuvo y mientras ella buscaba algunas monedas, otro hombre se acercó al taxi y se subió.

La actriz se dejó llevar por un impulso y empezó a rasguñarlo, aseguró al programa.

Eso fue un poco agresivo al principio; me dio susto porque me empezaron a reconocer. Este tipo, como no podía controlarme, me empezó a ahorcar y me puso un puñal en la cara. Yo ahí dije ‘Dios mío, me tengo que calmar'”.

El delincuente que iba con ella empezó a esculcarle el bolso para sacarle la tarjeta de crédito y luego el conductor manejó hasta un cajero. Ella les manifestó que no tenía dinero, pero los ladrones continuaron con su plan.

En ese momento yo acababa de llegar de un viaje largo, de estudiar de Nueva York, entonces no tenía un peso en la cuenta. No tenía ni para que sacaran 100 pesos”.

Asustada por lo que le pudieran hacer al ver que no tenía plata, decidió actuar para ‘caerles’ bien y que no la lastimaran. De alguna manera esto le sirvió porque ellos le dijeron que no la harían daño si todo lo que había dicho era verdad.

Ellos comprobaron que, efectivamente, no tenía dinero. “Uy, ¡pobrecita! Si así esta usted, imagínese nosotros”, le dijeron los delincuentes y luego la condujeron hasta el lugar donde la habían recogido.

Yo tenía 30 mil pesos en la billetera. Agarraron $20 mil y me dijeron ‘le dejamos $10 mil para el taxi'”.

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Antes de bajarse del vehículo, Puerta les pidió la SIM Card a los asaltantes, luego de que le quitaran el celular. Ellos le dijeron que se fuera sin mirar las placas del taxi y que contara hasta 20.

Cuando llegué a 20, yo ya no podía hablar, se me fue la voz. Empecé a temblar y a llorar. Vi una farmacia, llegue allá y no podía hablar. Me tocó escribirles en un papel que me habían atracado, que pusieran la SIM Card en un celular y contactaran a un amigo mío para que me recogiera”.

Ella estuvo nerviosa por varios días después de ese episodio. Incluso, si le confirmaban la placa de los taxis, ella sentía paranoia de que se fuera a repetir esa desagradable experiencia, señaló a La Red:

Si les veía algún movimiento raro, me bajaba corriendo. Yo creo que en todos los taxis decían ‘ella está loca’. Uno queda muy nervioso, muy afectado”.

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