Según Jessica, siempre le ha gustado experimentar, especialmente en aventuras extremas, para vencer sus miedos. Por eso, un día hasta se atrevió a bucear con tiburones blancos, en Providencia, aunque nunca imaginó que luego de eso iba a terminar con una herida, que no le causó uno de esos escualos sino una medusa, y que le sanaron con chichí:

Buceamos con tiburones blancos en mar abierto. Hicimos inmersión a las 5 p.m., y yo solo pude durar 5 minutos porque, literalmente, casi me chupo el tanque cuando vi a estos animales tan hermosos, imponentes y majestuosos. Cuando subí a la superficie me picó una medusa en el brazo. Quedé adolorida, y para aliviarme me rociaron orines (risas)”.

Otra de las vivencias de la presentadora para quitarse sus miedos fue lanzarse en paracaídas, en Cartagena.

Sin embargo, Jessica también recordó que en esa experiencia, cuando estaba en el aire, pensó que se iba a morir porque no podía respirar.

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“Me lancé en paracaídas, lo hice en Cartagena y fue una experiencia espectacular. Estábamos a 10.000 pies de altura, y aunque tenía muchísimos nervios, al mismo tiempo quería hacerlo. Durante el descenso me quedé sin aire durante unos 4 segundos, no podía respirar porque me entraba demasiado viento a la nariz. Opté por tomar posición de tortuga y le dije a Dios: ‘Por favor, yo no me quiero morir aquí arriba, permíteme respirar y disfrutar’, y al final caímos superbien. Es algo que le recomendaría a todo el mundo. ¡No se cohiban y háganlo!”, narró la presentadora en la revista Vea

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