Sin embargo, el día en que uniformados del CTI de la Fiscalía detuvieron a Andrés Sepúlveda en la oficina desde donde ‘hackeaba’ el proceso de paz (5 de mayo de 2014), la comunicadora se dio cuenta que estaba a punto de perder al hombre de su vida y que, pese a su optimismo, las cosas no volverían a ser como antes.

“Yo me embobaba escuchándolo hablar, porque es un estratega, con una rapidez mental brillante (…) Nos gustamos mutuamente, cada uno se enamoró de la pilera del otro”, declaró la joven en entrevista con Cromos.

¡La vida es un regalo señores! Y de este mundo a todos en algún momento nos despiden. 🦋

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Katherin Mateus también confesó a la revista que aunque sabía de la relación entre Sepúlveda y la actriz Lina Luna, poco le importó, ya que tenía la certeza de que más que amor, lo que unía a esa pareja era un hijo. Sin embargo, cuando los vio en las diligencias judiciales agarrados de brazo se sintió “traicionada”, pues hasta en las redes sociales encontró fotos de la relación que daba por terminada.

“Fue humillante cuando ella salió en los medios, aunque Andrés no tuviera algo formal conmigo… me sentía engañada, entendía que entre ellos había un hijo, pero de ahí a que figuraran como esposos…”, reconoce la santandereana de 27 años.

Y si bien creyó que “Andrés era un cobarde” por no confesarle la verdad, poco a poco fue descifrando la clave para conquistar el corazón del ‘hacker’, pues, según dice, “era evidente que ellos no se querían, aunque salieran en los medios”.

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En marzo de 2015, y luego de varias citaciones a la Fiscalía, Mateus recibió la llamada que tanto había esperado de Sepúlveda:

(…) Yo me regué en palabras de aliento, le di ánimos, también le deseé lo mejor para su familia (…) Por teléfono, yo le reclamé que no me hubiera llamado antes. Andrés me preguntó si estaba saliendo con alguien. Entre reclamo y reclamo empezamos a hablar de los dos, de lo que habíamos vivido, de su relación terminada con Lina. Tan rápido se dieron las cosas, que me quitó el miedo de ir a la cárcel”.

Luego de la tercera visita a prisión, la joven contó a Cromos que se besaron por primera vez y que Sepúlveda le pidió que le diera la oportunidad de amarla. No obstante, a principios de 2016, el ‘hacker’ fue trasladado a la cárcel Picaleña de Ibagué (Tolima) y los encuentros eran cada vez más complicados:

Para mí, los viajes a Ibagué, a pesar de las terribles dificultades, me daban alivio. Lo veía, lo tocaba, y era muy difícil porque cada vez estaba más flaco y deprimido. Los guardias le hacían la vida imposible, retenían su correspondencia, había días en que no podía llamarme”.

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La recompensa a tanto esfuerzo llegó nueve meses después cuando Sepúlveda fue recluido en la cárcel La Picota, en Bogotá, y la relación tomó un nuevo aliento, ya que las visitas conyugales dejaron de ser un tormento y se convirtieron en un momento anhelado.

Fue ahí, dice Mateus a la revista, en donde Sepúlveda alistó la sorpresa y le propuso matrimonio con un anillo de diamantes. Ella, aceptó encantada y la promesa es que se casarán fuera del país una vez él pague sus deudas con la justicia (está condenado a 10 años de prisión).

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Pero la boda tendrá que esperar un buen tiempo, ya que el Juzgado Tercero de Ejecución de Penas en Ibagué negó la solicitud de amnistía al ‘hacker’, que desde el dos de mayo de este año pidió formalmente ser incluido en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Sin embargo, su abogado, Carlos Toro, dijo a La F.m. que apelará esta decisión y que insistirá hasta que la justicia le otorgue a su cliente el beneficio de la libertad que tanto anhela esta pareja.

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