A pesar de esto, como le aseguró Emmanuel Jannini, profesor de la Universidad de Roma, a BBC Mundo, no existen los estudios suficientes alrededor del placer y todo lo que esta sensación otorga al cuerpo. Quizá es por esto que sigue siendo tan mitificado.

Así que para darle un mayor valor al sentir sexual, el experto buscó la manera de evaluar la calidad de los orgasmos femeninos, para que de esta forma las mujeres pudieran entender mejor su anatomía y sentirse más cómodas consigo mismas.

El orgasmo femenino

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Allí nació el Orgasmómetro-F. No es una máquina, pero sí está basada en una que mide la sensación de dolor en el cuerpo, ya que esta aflicción y el placer están ligados, lo que deja claro por qué durante el sexo es difícil diferenciar esta molestia del éxtasis producido por el sexo, ya que ambos estimulan sensaciones parecidas en el cerebro.

La técnica, que probaron en 524 italianas, consiste en experimentar placer y calificar de 0 a 10 la experiencia (siendo 0 nulo y 10 demasiado), teniendo en cuenta factores como si fue un coito normal, sexo oral, masturbación u otro. También analizaron si eran bisexuales.

Con los datos recopilados ellas lograron entender cuáles eran las prácticas que les producían un mayor estímulo, si se sentían o no cómodas con su pareja sexual, si estaban conformes con su cuerpo y con todo esto empezaron a crear su propio mapa sexual.

Dentro de la investigación, el experto también encontró que con el paso de los años los orgasmos suelen aumentar y que el placer depende en un 50 % de la disposición de la mujer y no solo es cuestión de su pareja. Además, como gran dato, reafirmaron la importancia de la masturbación.