Según la también humorista, para dejar atrás la ‘tusa’ se debe:

Ir al psicólogo o terapeuta

“Cuando uno tiene enfermo el corazón, yo sí creo que uno debe buscar ayuda profesional. Y sí creo que existen psicólogos o terapeutas expertos, porque la ‘tusa’ tiene una razón de ser. Muchas veces la familia y los amigos no son suficientes”, dijo.

Dejar de pensar en los momentos lindos que vivió con su expareja

“Pensar con mucha crudeza en vez de aferrarse necesariamente a todo lo positivo, que, casi siempre, es la menor proporción”, señaló.

Viajar para abrir la mente

“Viajar es una terapia divina, porque el viaje es una experiencia, le cambia a uno la vida. Cuando hablo de viaje no importa el presupuesto. El simple hecho de empacar una maleta e irse a un pueblito colombiano hermoso, o irse al otro extremo, el país más exótico, siempre le va a limpiar a uno la energía, la manera de percibir la vida”, manifestó.

No frecuentar lugares comunes

“Cuando uno se queda enganchado en ir a los mismos sitios, en acordarse de las situaciones en las que estaba. ‘No, es que todos los días almorzábamos acá y hoy no está’. ‘Entro al baño y los dos cepillos de dientes. Lágrima’. Hay que salirse de esa vuelta”, aseguró.

Hablar con sus seres queridos

“Cuéntenle los problemas a quien se los pueda resolver. Uno le cuenta a los amigos, al portero. Las mujeres le confesamos la ‘tusa’ a todo el mundo”, recordó.

Escucharse a sí mismo

“La discreción y el silencio son grandes amigos en una ‘tusa’, porque si uno no aprende a escucharse uno mismo, importa ‘cinco’ lo que le digan los demás”.

El artículo continúa abajo

Azcárate dio los consejos luego de admitir que ha pasado por varias ‘tusas’ duras en su vida.

“Tuve una inmunda. De esas que me despertaba y el primer pensamiento del día era esa persona, y que llega esa sensación inmediata donde uno dice ‘uy, ¿por qué amanecí?’ Es otro día más sin él. Es como esa sensación interna de que uno respira y le duele, y que siente que el mundo se le acabó y que no va a poder sobrevivir”, contó.

“No vuelve uno a comer y se pasa a los extremos, porque o cortas la alimentación y se diseca uno, o se va al otro extremo y se come el mundo y termina hecho un balón. A mí me han pasado las dos. Una en que me disequé y no volví a comer, y otra en que me soplé porque no paré de comer. Tuve esa ‘tusa’ muy potente y dolorosa”, agregó.

Además, la presentadora calificó al difícil momento de desapego como “una enfermedad bajo la cual uno debería incapacitarse, porque uno no puede hacer ni pensar en nada más que en esa situación”.

 

 

LO ÚLTIMO