El diario económico The Wall Street Journal dice que dicha reducción fue una de las promesas de Trump durante su campaña electoral.

Esa decisión, según ha venido defendiendo Trump, busca evitar que empresas estadounidenses fijen su sede fiscal en países con unas tasas tributarias menores, y cree que si se bajan los impuestos en Estados Unidos, habrá una masiva repatriación de capitales.

El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, se reunieron el martes 25 de abril para analizar esta propuesta de reducción fiscal con jefes del Congreso.

En esa reunión estuvieron el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell; el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan; el presidente del comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch, y el congresista Kevin Brady de Texas.

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Según datos citados por el Journal, una reducción en 20 puntos porcentuales del impuesto a las ganancias corporativas representa una disminución de los ingresos del Estado de 2 millones de millones de dólares, ya que cada punto porcentual equivale a 100.000 millones.

La medida, de ser aprobada finalmente por el Congreso, elevará entonces el déficit público, uno de los temas en los que insistía Trump durante su campaña electoral.

Trump aseguró la semana pasada que su proyecto de reforma ofrecería “quizás la mayor reducción de impuestos jamás vista”. Pero ir más allá de las meras reducciones de impuestos y reformar el conjunto del código fiscal, algo que no se hace desde 1986, promete ser una tarea compleja.

Muchos antecesores en la presidencia de Estados Unidos no se han atrevido con este desafío, entre el pánico de los republicanos a inflar el déficit y los delicados compromisos que hay que contemplar en las innumerables deducciones fiscales.

Con información de EFE y AFP

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