Ese desangre financiero, revela una investigación de Caracol Radio, se generó a mediados de 2015 como una estrategia de las directivas de la Refinería de Cartagena (Reficar) para que la empresa comenzara a operar en septiembre de ese año, pues al mes siguiente sería inaugurada por el presidente Juan Manuel Santos.

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El plan de incentivos, agrega la emisora, buscaba poner en marcha las unidades de crudo, hidrocraqueo, coque, craqueo catalítico y alquilación.

“El 100 % del incentivo se gana cuando todas las unidades se encuentren operando o disponibles para operar. De lograrse, la puesta en marcha del 100 % de las unidades en septiembre, los trabajadores recibirán cuatro salarios equivalentes (ingreso monetario mensual) adicionales. En la medida que la puesta en marcha ocurra en los meses de octubre, noviembre o diciembre, el reconocimiento sería de 3, 2 y 1 salario equivalente, respectivamente”, decía el proyecto citado por Caracol Radio.

Sin embargo, continúa el informe radial, en octubre de 2015 se aprobó el pago de los incentivos, pese a que no estaban listas las 5 unidades. A la postre, solo una de esas unidades comenzó a operar en 2015; las otras cuatro, en 2016.

La irregularidad la había advertido la Contraloría, que aseguró que lo pagado a los trabajadores se quedó sin justificación, lo que configuró “un daño patrimonial por $80.491 millones y la suma de US$6,4 millones que afecta los intereses económicos del Estado, representado en este caso por la Refinería de Cartagena”.

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