Se trata de Paco Santamaría, un líder en su área que recibió la renuncia de una de sus empleadas, pero de una forma muy particular: vía WhatsApp.

Según contó en el sitio web Merca2.0, la forma como la joven, perteneciente a la llamada generación de los ‘millennials’ (personas entre los 20 y 34 años de edad), dejó el cargo le permitió darse cuenta de cómo estas nuevas generaciones perciben el clima laboral, el trabajo y hasta sus mismos retos.

Este es el mensaje que le envió la joven a Santamaría:

Hola, Paco. Me puse a analizar las cosas y no me conviene seguir. Sí soy recién egresada y me faltan cosas por aprender sobre el trabajo en una empresa, pero estoy muy segura de que no todo puede ser responsabilidad del empleado. Ni siquiera me dieron tiempo de preguntar nada, ni de saber a quién acudir, porque entré luego luego a juntas, a eventos de los que yo desconocía todo, y eso no es responsabilidad mía. Yo sé que se debe de dar una inducción al puesto, que los papeles los pide la empresa y no uno. Un empleado no puede hacerse cargo de todo, y además saber hacer todo, moverse a todos lados y poder esperar hasta fin de mes para recibir mucho menos de lo que se había acordado. Yo te agradezco muchísimo por el buen trato que me has dado y por las atenciones, pero sí definitivamente no es mi idea de trabajo algo que no me da seguridad y que pareciera que yo lo tengo que sacar todo por mi cuenta, trasladarme a eventos que se me avisan el mismo día y que me hacen llegar tardísimo a mi casa. Espero me comprendas, que no se puede trabajar así.  Dejo mi clave para que me depositen lo trabajado estos días. Es: 021180064…”.

Frente al texto enviado a través de la aplicación de mensajería, la reacción de su jefe fue una especie de mea culpa frente a los reclamos de la joven. Sin embargo, también una reflexión frente a la forma como esta generación asume un trabajo.

“Los Millennials en el trabajo tienen al mismo tiempo un a autoestima dual. O exceso o debilidad. Muchas veces se perciben como las marcas en sí mismas elegidas por todos y para todo, piensan que deben de hacer proyectos y trabajos que cambien y sacudan al mundo, de forma muy rápida, que lo merecen todo y que por tanto que reciben, no son capaces de comprometerse por un equipo o una causa”, critica Santamaría.

Para él, la falta de compromiso en un equipo de trabajo se puede considerar como “una grave debilidad”, y no importa en el campo en el que se desarrolle la actividad.

Dice, además, que después del mensaje de renuncia, la joven le envió otro en el que le exigía el pago de la semana que trabajó y le detallaba que gastó taxis y otros transportes durante esos pocos días.

En cuanto a la chica de los whatsapps, le compartí el teléfono de recursos humanos para que la ayuden en sus solicitudes”, dice.

La opinión de Santamaría contrasta con un estudio publicado hace varios meses por el diario Expansión, en el que se detallan tres factores que prioriza la generación de los ‘millennials’ en el aspecto laboral: el dinero, la estabilidad laboral y el tiempo libre.

“Quieren que se les recompense por su esfuerzo, sentirse seguros en su trabajo y además tener la libertad de parar para cargar las pilas de vez en cuando”, afirma ese medio.

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