Sin embargo, parte de ese dinero fue destinado a sitios que no cumplían con el requisito de tener “componentes de innovación o tecnología”, como un asadero de pollos y un ‘spa’, informa la Contraloría en un reporte sobre el uso del Fondo de Ciencia y Tecnología.

No fue el único hallazgo del ente de control fiscal. También se encontró que la gobernación del Vichada aprobó 32.917 millones de pesos para la construcción de un centro de investigación en energías renovables.

Sin embargo, la obra se redujo solo a “una biblioteca, un auditorio y un conjunto habitacional”, dice la Contraloría.

Además, el ente de control afirma que unos 35.000 millones de pesos se usaron para becas en universidades “de calidad media o baja”, pues están por debajo del puesto 30 en las clasificaciones del Ministerio de Educación.

La Contraloría, además, advierte que los 3,8 billones de pesos de regalías que entre 2012 y 2016 se destinaron para el Fondo de Ciencia y Tecnología no se han podido usar de forma adecuada:

“Académicos e investigadores quedan subordinados a los actores políticos que deciden esta clase de gastos y a los contratistas, muchas veces poco idóneos, que ejecutan los proyectos”, dice la entidad, y añade:

Una tercera parte del valor de la contratación lo realizan entidades o instituciones no reconocidas por Colciencias”.

LO ÚLTIMO