Tiene 61 locales en 15 ciudades capitales (Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Armenia, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Manizales, Pereira, Santa Marta, Tunja, Valledupar, Villavicencio y Yopal) y 9 municipios (Chía, Cajicá, Soacha y Girardot, en Cundinamarca; San Gil, en Santander; Duitama, en Boyacá; Melgar, en Tolima, y Soledad, en Atlántico, le contó González a La República.
Los 700 empleados de la empresa trabajan para vender 70.000 platos, cada mes, de sopas, guisos, pescados y parrilla. Esa cifra aumentará este año cuando se abran 8 puntos más en Bogotá, Medellín, Cartagena y el primero en Montería, agregó.
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Otra de las novedades son las nuevas hamburguesas con salsas de ingredientes de la cocina colombiana, que tendrán chorizo, papa criolla y morcilla.
El negocio, sin embargo, para llegar a este punto, se cocinó a fuego lento. González ya había explicado en una entrevista con la revista Dinero que la fama de su empresa no llegó “de primerazo”. En esa publicación dijo que primero montaron con su esposa un negocio de pañales que no vendió ni una sola unidad. “Como que ese año los bebés no hicieron popó”, dijo. Y después intentaron con una panadería, “pero se nos ‘entiesaron’ los roscones”.
Sobre el negocio de comidas, recordó que los primeros días fueron duros. “El primer día vendimos una gaseosa. El segundo día vendimos como dos gaseosas y una arepa, y yo decía: ‘Dios mío, en qué me metí’. Y yo me pensaba era en ponerle aviso que se arrienda otra vez”.
Todo cambió cuando revaluó la idea de negocio y le puso otra imagen.
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