La reducción de 25 puntos básicos la decidió la Junta Directiva del Emisor en la reunión de este jueves, y está basada en aspectos como la inflación anual que se situó en junio en 3,99 % y las expectativas en ese mismo indicador, que bajaron de 4,28 % a 3,52 %.

“Los efectos de los fuertes choques transitorios de oferta que desviaron la inflación de la meta se siguen diluyendo. Así lo indica la desaceleración del IPC de alimentos y el comportamiento de los precios más sensibles a la tasa de cambio. El promedio de las medidas de inflación básica descendió más lentamente como consecuencia de la indexación de precios”, explicó el Banco Central en su sitio web oficial.

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En rueda de prensa, el gerente del Emisor, Juan José Echavarría, explicó que tras la decisión no solo se va a reactivar la economía colombiana, sino que también la producción industrial.

Otro argumento de la decisión es que se redujeron las proyecciones en el precio del petróleo para lo que resta del año. Sin embargo, se siguen esperando aumentos frente a lo que se registró en 2016.

“La demanda externa sigue débil y se espera que su crecimiento sea algo mayor que el registrado un año atrás. En el último mes, las primas de riesgo país estuvieron relativamente estables y el peso se depreció frente al dólar”, agregó el Emisor.

¿Cómo entender las tasas?

Según el Emisor, cuando la tasa de interés se sube los demandantes desean comprar menos, es decir, acuden a menos recursos en préstamo a los intermediarios financieros. Los oferentes, por su parte, intentan colocar más recursos (en cuentas de ahorros, CDT, etc.).

Pero si la tasa baja, los demandantes del mercado financiero solicitan más créditos, y los oferentes retiran sus ahorros.

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