Desde su fundación en Ciudad de Panamá en 1977, la compañía de servicios legales, propiedad de Jürgen Mossack y Ramón Fonseca Mora, podía tramitar desde la creación de sociedades mercantiles capaces de moverse a través de los sistemas financieros sin dejar huella, hasta la apertura de cuentas en paraísos fiscales para mover cientos de millones de dólares en secreto, explica El Espectador.

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Esto servía para ocultar y proteger los nombres de los verdaderos responsables de trasladar las cuantiosas sumas hacia los sitios señalados por los asesores de Mossack Fonseca & Co. (MF), agrega un reporte de Connectas que divulgó datos sobre la forma en la que solía operar la panameña.

Pero lo que sorprende es la rapidez con la que gestionaban la creación de empresas que servían de máscara. Solo bastaba con llenar un formulario y firmar un contrato.

En un plazo de 3 a 5 días estaba lista la nueva sociedad que se dedicaría a gestionar cuentas bancarias en al menos 500 entidades alrededor del mundo.

Esto podía tener un costo de 350 dólares solo para llevar los datos a los registros públicos, pero lo honorarios podían llegar a los 10.000 dólares, explica El Espectador.

Se estima que la cifra llagaría a las 14.000 organizaciones que ayudaban al propósito de mover con rapidez los recursos depositados por los interesados, sin que los nombres de los depositantes quedaran expuestos.

Por supuesto que nada de eso sería posible si además no se consideraba la vinculación de terceras personas que prestaban su nombre para despistar a los investigadores fiscales.

Cada movimiento era considerado, valorado y aplicado según las necesidades de sus clientes. Por ejemplo, MF ofrece asistencia para la apertura de cuentas a nombre de la sociedad en la banca panameña o en bancos extranjeros por 1.250 dólares, reseña el periódico.

Por 1.700 dólares, MF se podría encargar de los contratos, las actas y el pago de las tasas interbancarias.  Incluso, por 2.250 dólares se podía comprar la residencia panameña y sumar a eso otros 400 dólares de mantenimiento, señaló la publicación.

De hecho, nada que no estuviera fuera de esa lógica podía ser considerado, salvo las operaciones que permitían el traslado de cuantiosas sumas de cuentas registradas en la banca, hacia cuentas en Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, Nevada, Luxemburgo, destaca el medio.

Según las investigaciones, Mossack Fonseca & Co., facilitaba estas operaciones mediante la refacturación de compras ficticias o la triangulación financiera, incluso podía retornar los capitales a sus lugares de origen bajo la máscara de inversión extranjera.

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