El translado obedece que paulatinamente los diferentes países de Suramérica, aduciendo dificultades económicas, se fueron desmarcando del rally por etapas más importante del mundo.

“Las renuncias de Chile, Bolivia y Argentina nos han llevado a ser más activos en la búsqueda de otros lugares. El Dakar tiene la responsabilidad de organizar una carrera de calidad”, afirmaron a la agencia Efe los directivos del la competición.

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Entre los posibles nuevos destinos también figuraban Angola y Sudrfrica, pero los organizadores se inclinaron por Arabia debido a que posee “una geografía monumental, propicia para buscar itinerarios audaces”, según indicó David Castera, director del certamen.

Los responsables del Dakar aspiran a encontrar en el desierto árabe “extensiones gigantescas y vírgenes que constituyen un marco único para poner a prueba su voluntad, cualidades de pilotaje y dotes para la navegación”.

Entre tanto, Jalid bin Sultan Abdala al Faisal, presidente de la Federación Saudí de Motor, destacó el apoyo a este proyecto de Mohamed bin Salman, príncipe de ese país: “Fue clave para obtener los derechos de un evento de tal amplitud”.