Se estaba disputando el encuentro de la división menor de Mallorca, cuando en el minuto 60 inició una pelea brutal entre los padres de los futbolistas.
Niños de 12 y 13 años se vieron obligados a intervenir en la batalla campal para terminarla, y algunos de ellos recibieron golpes por estar en el medio.
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Según relata el diario de Mallorca el conflicto se generó luego de que uno de los jugadores del Alaró persiguió a otro para propinarle patadas en la espalda. Minutos antes el técnico del equipo Collerense había sido expulsado del campo.
Tras el conflicto, la guardia civil recibió un total de 7 denuncias, entre las cuales figuran lesiones de dos jugadores.
La comisión antiviolencia de la Federación de fútbol de las islas Baleares presentará una queja directamente a la Fiscalía del tribunal superior.
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