La noticia de que una modelo colombiana se convirtió en boxeadora ha causado sensación en el país. Por eso, en el evento de presentación de su próximo combate, que se realizará este sábado 29 de abril en Plamar de Varela (Atlántico), no tuvo nada de raro que Mónica se robara todas las miradas.

“Llegué a Barranquilla el pasado lunes 24 de abril. El recibimiento ha sido muy bueno. La gente ha sido muy amable y me han atendido muy bien. Espero responder en la pelea”, dijo la pugilista Pulzo.

Cuando se ubicó al lado de su rival, la barranquillera Glenys Cardona, para posar ante las cámaras, luego de las respectivas fotos propias del boxeo, con la guardia arriba y mirada desafiante, Mónica se salió del libreto para mostrar esa faceta que es más evidente en ella, la de modelo. Se paró como toda una reina, con los brazos en la cintura y sonrisa pícara, e incitó a su contendora para que hiciera lo mismo.

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Glenys Cardona y Mónica Solano / Fotocaptura Youtube El Heraldo

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Es que esta mujer nacida en Vista Hermosa (Meta) y criada en Cali, no ha dejado de lado el modelaje. “Quiero seguir ejerciendo, es mi otra pasión. Ya no puedo hacer protocolo y asistir a eventos porque son hasta muy tarde y siempre madrugo a entrenar, pero todavía hago fotografía y videos musicales”, contó la esbelta boxeadora de 29 años que afrontará su segunda pelea como profesional, la primera en Colombia.

Su debut oficial en el deporte de las narices chatas fue hace un año en Alemania, donde le ganó por decisión a la serbia Sara Marjanovic. De su talento como modelo nadie tiene duda, caso contrario a la faceta como pugilista. Lo sabe y tampoco le molesta, es algo que sucede desde que empezó a entrenar hace cinco años en Panamá, lugar que reside.

“Mi mayoría de peleas como aficionada fueron contra policías y al principio siempre me veían y creían que soy muy delicada por mi aspecto. Pero en el ring dejo la vanidad a un lado y peleo como cualquier boxeador”, sostiene Mónica, quien se describe como una pugilista que maneja muy bien el cuadrilátero y tienen un potente gancho de derecha.

Antes de convertirse en boxeadora, la metense nunca se había ido a los puños con nadie: “Soy muy noble, amigable, además creo que por mi altura (actualmente mide 1,78), nadie querría pelear conmigo”.

En la adolescencia nunca se imaginó dedicarse a ese deporte. Es más, su mamá Gilma Henao, esteticista de profesión, quería que ella fuera reina. “Casi se enloquece cuando le dije que me iba a dedicar al boxeo profesional. Ahora me apoya, pero al principio no fue fácil”.

Después de comenzar practicar boxeo con fines estéticos, su entrenador le dijo que tenía talento y le aconsejó llevarlo a otro nivel. Después de un pequeño receso en el que dio a luz a su hijo Santiago Quintero, Mónica se decidió y se metió de lleno en el deporte.

Con tres años como amateur y dos como profesional, tiempo en el que ha sido entrenada por campeones de Panamá, Mónica espera demostrar ante sus compatriotas todo lo aprendido y que maneja esa dualidad, es bella y sensual, pero también una boxeadora temible.

Mi pasion 💙 #box #model #boxingirl #boxinglife #sesiondefotos

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Sweet dreams people👯💫💫💤💤 #boxingirl #model #boxinglife #myworld #metas #fe 💫💫

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Por: Édison Monroy
Pulzo.com/deportes

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