A la altura del tercer set, muy poco después de ganar el segundo, Del Potro mandó un saque que su rival no respondió. Este mantenía su mirada y tronco inclinados hacia el piso, mientras se tocaba las rodillas; luego soltó la raqueta y se agarró la cabeza, dejándose caer al mismo tiempo en que rompía en llanto.

El juez de silla fue el primero en llegar hasta a él; al instante, Juan Martín del Potro cruzaba la cancha para arrodillarse ante a su amigo y tratar de consolarlo sobándole el estómago.

Luego el argentino ayuda a levantar a Almagro y juntos se dirigen hasta los bancos de descanso, mientras el público aplaude. Antes de sentarse, el español abraza a su colega en señal de agradecimiento y posteriormente tira una botella de agua con furia hacia el suelo.

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Del Potro se da cuenta de que todavía no es momento de marcharse y se sienta junto al lesionado, le acaricia la cabeza y le sigue conversando.

Dice La Nación que no había nadie mejor que Juan Martín, que pudiera entender lo que le ocurría a Almagro en ese momento, pues en 6 años pasó 4 veces por el quirófano y tuvo que volver a empezar a regresar a la élite del tenis.

“No fue fácil para mí ver a un amigo al otro lado de la red llorando. Hice lo que sentí de corazón. De verdad le deseo lo mejor”, declaró Del Potro en palabras citadas por Punto de Break.

Así mismo, el argentino dedicó unas palabras por Twitter a su rival:

Ahora ‘La Torre de Tandil’, que avanzó de fase por la lesión de Almagro, se medirá en tercera ronda del segundo Grand Slam del año al número uno del mundo, Andy Murray.

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