“Los dueños de los equipos siguen pensando que la liga mexicana es igual que la española o la inglesa donde se deben contratar a los efervescentes talentos de Sudamérica para dar un espectáculo de primer mundo. Y no es así”, analiza el periodista Diego Mancera, en El País, de España.

De acuerdo con Mancera, el torneo Apertura 2017 comenzó con 178 jugadores extranjeros inscritos —entre ellos, 26 colombianos— y la normativa permite a cada equipo alinear hasta a 9 de ellos por partido.

Ese hecho dificulta el surgimiento de los talentos locales, limita las posibilidades de los seleccionadores nacionales, y los dirigentes del fútbol mexicano parecen no querer entenderlo.

“Ejemplo: la Copa América Centenario. México recibió la peor paliza en su historia frente a Chile, 0-7. ¿Qué hicieron algunos equipos? ¿Hubo un cambio en la estructura? ¿Mayor apoyo? No. Prefirieron fichar a los chilenos y convertirlos en titulares: Edson Puch, Francisco Silva, Enzo Roco, Eduardo Vargas, Nicolás Castillo…”

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El nivel de la Concacaf

El análisis de El País plantea que la meta de “sacar ganancias en las taquillas” le está costando resultados deportivos a un país donde hay semillero de futbolistas —no en vano han ganado dos mundiales Sub-17 en lo que va del siglo—, pero se desvanecen con los años.

El medio cuestiona la renuncia de los clubes mexicanos a jugar la Copa Libertadores de América, y cita medios locales que hablan de un nuevo torneo junto con Estados Unidos:

“Esto se traduce a grandes ingresos en la venta de boletos y una reducción del nivel frente al sudamericano”.

Para resarcir el daño hecho, el texto sugiere a la selección mexicana competir en las eliminatorias suramericanas, aprovechando que los próximos mundiales tendrán 48 equipos, pero para ello, reitera, “se necesitan voltear a ver a los futuros novatos”.

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