‘Su majestad’ contó que luego de ganar el épico partido contra Nadal en la noche australiana del domingo, primero que todo tuvo que atender a los medios de comunicación, luego fue al hotel para dormir a sus cuatro hijos y como ya era tarde, eran alrededor de las 3 de la mañana, ni siquiera se cambió para poder irse de fiesta al menos un rato.

“Empezamos tarde o súper temprano en la madrugada. Regresamos a casa con la salida del sol, lo cual fue bueno. Fue cool ver la salida del sol en Melbourne cuando entramos en la habitación. Fue una noche larga pero muy divertida”, narró Federer, quien estuvo en un club privado con sus familiares y amigos, registra el portal oficial de la ATP.

Aunque la celebración fue corta, el suizo reafirmó que celebró como una estrella de rock: bailó todo lo que pudo y disfrutó hasta que no tuvo fuerzas. No obstante, no fue protagonista de escándalos, ni nada similar, como es lo normal en Federer, cuya vida fuera de las canchas parece ser perfecta.

El suizo recordó que este fue un título Grand Slam especial, no solamente por su regreso a las canchas luego de seis meses, sino porque fue el primero en el que pueden verlo sus hijos ganar, los gemelos Myla Rose y Charlene Riva y Leo y Lenny.

Federer comentó que precisamente no pudo dormir más que una hora porque sus hijos los despertaron, pero que disfrutó mucho que lo hayan acompañado. “Se pusieron a jugar con el trofeo. Los niños ponían juguetes dentro de la Copa y las chicas la cepillaban”, dijo el ganador de 18 Grand Slam, señala Mirror.

“Cuando salí de la habitación, tras dormir sólo una hora, pensé: ‘Ha sido cierto. No era sólo un sueño’”, concluyó.

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