El veterano piloto colombiano con recorrido en Fórmula 1, Nascar, y que actualmente busca asiento para seguir en IndyCar reconoce que todo el día pelea con su hijo Sebastián Montoya mientras le trata de enseñar los ‘tips’ del kartismo.

Cuando uno es chiquito el papá es un dolor de cabeza… entonces yo le digo a mi hijo ‘oiga, yo sé que a usted no le gusta como digo las vainas, pero es la verdad, la está embarrando”

Juan Pablo le recuerda a su hijo que lleva 36 años corriendo en varias categorías y que en todo lo que ha corrido ha ganado, trabajando muy duro para poderlo lograr:

Yo puedo dejar que alguien más te enseñe, pero muchos de los que enseñan más adelante en carros no te van a poner enseñar porque muchos de ellos son gente que nunca llegó”.

Montoya afirma que si bien su hijo corre muy rápido, lo que más le trabaja a Sebastián es la habilidad de correr, entendida como la saber sobrepasar, de ver el hueco, de saber cómo definir si está en una situación difícil. “Eso es lo que va a hacer la diferencia entre un piloto que llegue y otro que no llegue”, sentencia.

Yo voy con Sebastián al kartódromo en Miami y cada que entrenamos, terminamos con las trompas rotas. Yo lo quito, él me quita, nos damos, nos morimos de la risa, y le pongo siempre situaciones difíciles para que aprenda y cuando lo hace mal me le río y todo”

Ya después viene la parte en la que el niño no se deja y se pone de mal genio. Es este el momento donde interviene Connie, madre y esposa de la familia Montoya Freydell, a quien le toca cumplir el papel de mediadora.

Es muy difícil porque yo le tengo que hacer saber a Sebastián dos cosas: uno, es su papá y por encima de todo el respeto; dos, no va a existir una persona que conozca mejor y le pueda transmitir su conocimiento con las mejores intenciones”.

Pero Connie también trata de decirle a su hijo que en un futuro no va llegar un director de equipo como Ron Dennis, Chip Ganassi o Roger Penske a corregirlo con delicadeza. Por eso concluye que  “Juan Pablo lo dice como lo dice porque conoce cómo los tratan y conoce cómo es el ambiente”, le contó a Pulzo.com.

Dentro de lo que alcanza a recordar, Juan Pablo le recordó a este portal que su padre era igual de estricto con él y enfatizó en que quiere que Sebastian asuma responsabilidades y a no dar excusas cuando se equivoca.

“Si uno le empieza a enseñar a dar excusas, entonces nunca es problema de ellos, nunca la embarran ellos. Yo creo que lo más importante en las carreras y en cualquier profesión es aprender a coger responsabilidad”, dice el experimentado corredor.

Sebastián tiene 11 años y ha logrado algunos triunfos en karts. Según Connie, su deseo es correr en Indy, y eso que hace poco tuvo la oportunidad de conocer los boxes de la Fórmula 1, pero esto no lo hizo cambiar de opinión.

Amanecerá y veremos para saber si algún día lo seduce la ‘gran carpa’ de la velocidad.

LO ÚLTIMO