El texto del portal colombiano ‘La Ruta del Escarabajo” habla de que actualmente se manipula el recorrido de las carreras de 3 semanas para beneficiar principalmente a los que son buenos subiendo la montaña y penaliza a los competidores más integrales.

“Recortar las distancias de las etapas, reducir los kilómetros CRI para restar importancia a la disciplina, programar muchas etapas de montaña y casi todas con final en alto, etc. es como si en el decathlón se decidiera eliminar la mayoría de las pruebas y se cambiaran por carreras donde prima la velocidad y explosividad de los atletas”, explica la columna.

Asier Bilbao, autor del texto, evoca viejos tiempos cuando se corrían etapas de 400 kilómetros; las contrarreloj individuales y por equipos eran de más de 100, y las etapas reinas de alta montaña superaban los 200 y tenían más desniveles. Dice que con la reiteración de recorridos más cortos “ha surgido una generación de corredores que, salvo excepciones, no saben correr bajo otras variables fuera de las que han conocido”.

Dentro de sus críticas, el columnista rescata los trazados del Giro de Italia en sus ediciones entre 2015 y 2017, que según él son diseñados para “paladares exigentes”.

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Explica la columna que detrás de la imposición de esos escenarios limitados hay una intencionalidad de los organizadores para darles emoción a las carreras de 3 semanas hasta el último día, y que por lo general se termina favoreciendo a quienes hacen el show en las trepadas de montaña. Bajo esta teoría, el autor se pregunta cuántos Tour y Vueltas se habría ganado ‘Lucho’ Herrera si corriera en la actualidad.

De ahí que el autor sentencia:

El ciclista completo merece tener siempre más oportunidades de vencer que uno que es solo escalador o solo cróner. Porque domina, sino todas, sí gran parte de las especialidades del ciclismo. Está por tanto más cercano a la excelencia deportiva”

Bilbao desestima la afirmación según la cual el mejor escalador es el mejor ciclista y dice que si se aumentaran las contrarreloj en las grandes vueltas, estos se tropezarían de bruces con la realidad.

En su arremetida contra la mayoría de trepadores, se afirma que los escaladores  que luchan por la clasificación general no están acostumbrados a luchar solos por largos periodos, ya que sobre el plano y en el mismo ascenso siempre están a rueda de sus gregarios. “Sólo saben atacar a acelerones que no pueden mantener durante demasiado tiempo”, critica.

Hoy día, con tantos finales en alto duros, es posible ser un mal contrarrelojista y hacer muy buenas calificaciones”

A modo de ejemplo para los actuales escaladores, Asier Bilbao puso el caso del ‘Pirata’ Marco Pantani en el Tour de 1998 donde fue campeón y que solo tuvo 2 finales en alto.

“Tuvo que esforzarse en solitario durante dos fracciones que sumaban 115 kilómetros cronometrados, todos más o menos planos. Y su emocionante victoria quedó grabada a fuego en el recuerdo de los aficionados que pudimos vivirlo”, subrayó el autor.

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