Por Ribery entró el brasileño Douglas Costa, pero la decisión no le gustó al francés, que se fue directamente hacia el entrenador a reclamarle, haciendo algunos gestos con la mano y visiblemente molesto.

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Lo que tal vez no esperaba Ribery era la fórmula que tenía Ancelotti para ‘bajarle los humos’: lo tomó por las mejillas y le dio un beso en una de ellas. El volante quedó totalmente desarmado y soltó una sonrisa mientras abrazaba al entrenador.

El marcador final del partido pareció darle la razón a Ancelotti: el conjunto bávaro derrotó al Borussia Dortmund, y es más líder que nunca, a 10 puntos de su más cercano escolta, el Leipzig.

Este el video del curioso momento, que quedó en la retina de todos los aficionados del fútbol:

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