Como explicó al informativo María Elisa Calle, profesora de Epidemiología de la Universidad Complutense de Madrid, cuando un tapabocas se moja por la lluvia o cualquier otro motivo, lo mejor será tirarlo y cambiarlo por uno seco.

Lo anterior, en época de lluvias, será un problema recurrente y lo cierto es que, una vez el implemento de bioseguridad se humedece, deja de proteger a la persona del contagio de virus como la COVID-19, que actualmente afecta al mundo.

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Teniendo en cuenta que las mascarillas quirúrgicas se deberían desechar “cada 4 horas”, los expertos aseguran que la misma humedad del rostro y la saliva afectan la barrera protectora del producto y este se puede convertir en “una fuente de infección”, por la proliferación de bacterias.

Gemma del Caño, farmacéutica, comentó al medio que los tapabocas son fabricados con un material hidrófugo, que tiene como función no dejar pasar agua, así que si pasa será una señal clara de que ya no sirve.

Lo mejor en estos casos es tener un repuesto reutilizable que esté totalmente seco y que haya sido guardado en una bolsa de papel, no en algo plástico.

Aquí, las recomendaciones del Ministerio de Sanidad de España para hacer un buen uso de los tapabocas, elemento que al ser manipulado de forma correcta podría ayudar a generar inmunidad en su portador: