El plan fue presentado este viernes por el ministro de Revitalización Económica y responsable de coordinar la respuesta contra la pandemia, Yasutoshi Nishimura, tras mantener una reunión con el panel de expertos sanitarios que asesora al Ejecutivo nipón.

La extensión del período vacacional de Año Nuevo, que supone una de las épocas con más desplazamientos internos en Japón, tiene como objetivo “distribuir a lo largo de más días los movimientos de viajeros”, según explicó Nishimura en declaraciones a los medios nipones.

“Lo propondremos a los departamentos de personal de los organismos públicos, y ya lo hemos trasladado a las principales organizaciones patronales del país”, señaló el ministro nipón.

En la práctica, supondrá que los nipones se incorporen al trabajo el 12 de enero, en lugar del 4 tal y como estaba previsto, después de la festividad nacional de Año Nuevo del 1 de enero y del fin de semana del 2 y el 3.

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En Japón es festividad nacional el primer día de enero, aunque es habitual que las empresas y organismos públicos concedan vacaciones en los días posteriores, durante los cuales los nipones acostumbran a reunirse en familia para celebrar el inicio del año.

Aunque el ejecutivo japonés considera que el país ha dejado atrás el pico de contagios del nuevo coronavirus, optó por esta medida de forma preventiva y después de que el Ministerio de Salud alertara sobre una ligera tendencia al alza entre las nuevas infecciones.

Japón viene registrando en torno a 500 de contagios diarios durante septiembre y octubre, aunque desde mediados de mes se han superado esta cifra en 7 días.

El país, con más de 120 millones de habitantes, suma un total de 96.533 contagios de coronavirus desde el inicio de la pandemia y 1.715 fallecimientos, incluyendo los casos registrados en un crucero que fue amarrado en el puerto de Yokohama.