El secretario de Estado del gobierno de Donald Trump visitó un centro de refugiados en Boa Vista, capital del estado brasileño de Roraima, limítrofe con Venezuela, apuntando a la situación de casi cinco millones de venezolanos que en los últimos años se vieron obligados a salir de su país sumido en una crisis económica, social y política.

“Las personas con las que he hablado hoy están desesperadas por volver a su país”, dijo al referirse a los encuentros que mantuvo con venezolanos en el centro de tramitación de solicitudes de asilo.

“Ellos quieren lo mismo que cualquier ser humano: dignidad. Quieren volver a una Venezuela democrática, pacífica y soberana, donde sus hijos puedan encontrar trabajo”, añadió.

Se estima que unos 260.000 venezolanos ingresaron en los últimos años en Brasil, 46.000 de los cuales obtuvieron el estatuto de refugiados, según datos de la ONU.

Pompeo acusó a Maduro de ser “un dirigente que destruyó su propio país, un hombre que provocó un desastre de proporciones enormes” y lo calificó de “narcotraficante”, en referencia a las acusaciones formuladas a inicios de año por el Departamento de Justicia de Estados Unidos contra el mandatario venezolano y su círculo íntimo.

“Sabemos que el régimen de Maduro ha diezmado al pueblo de Venezuela y que el propio Maduro es un narcotraficante acusado. Eso significa que tiene que irse”, dijo Pompeo por la mañana en Georgetown, la capital de Guyana.

El mandatario venezolano reaccionó asegurando que la gira de Pompeo fracasó.

“Mike Pompeo anda en una gira guerrerista contra Venezuela, pero le ha salido el tiro por la culata, Mike Pompeo, y ha fracasado en todo su intento para poner a los gobiernos del continente a organizarse en una guerra contra Venezuela”, afirmó Maduro durante una videoconferencia con militares transmitida por el canal gubernamental.

“Ni mil Mike Pompeo podrán traer la guerra a América del Sur”, añadió Maduro, acompañado por el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López.

Apoyo a Guaidó

En Guayana, Pompeo resaltó la ayuda de tres millones de dólares que Washington brindó a este pequeño país para los cerca de 22.000 venezolanos acogidos allí.

Venezuela, que dispone de las mayores reservas mundiales de petróleo, vio su economía encogerse a menos de la mitad bajo la presidencia de Maduro, heredero del líder bolivariano Hugo Chávez, fallecido en 2013.

Estados Unidos y Brasil forman parte de la cincuentena de países que consideran ilegítimo su segundo mandato, iniciado en enero de 2019, y reconocen al opositor Juan Guaidó como mandatario encargado.

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En Brasil, Pompeo se reunió con el canciller Ernesto Araújo y otros altos funcionarios del gobierno del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

También visitó en Boa Vista un puesto de registro de refugiados de la Operación Acogida y un centro de distribución de alimentos para venezolanos que viven en el mayor desamparo.

Anunció allí una nueva contribución, de 348 millones de dólares, para los países que reciben venezolanos, con lo cual el aporte estadounidense ya supera los 1.200 millones de dólares.

En una conferencia de prensa conjunta, Pompeo y Araújo reafirmaron su apoyo a Guaidó.

Esa postura “no es solo de apoyo a un joven líder valiente, es también un apoyo a la Constitución de Venezuela y a la autoridad legítima del país“, dijo Araújo.