Este conflicto se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj pidió su incorporación a Armenia en la década de los 80.

“Estamos al borde de una guerra, que puede tener consecuencias impredecibles. Los enfrentamientos pueden ir más allá de las fronteras de la región y extenderse”, manifestó Nikol Pashinián, primer ministro armenio.

La escalada en Nagorno Karabaj llevó a Armenia a decretar la ley marcial y la movilización general en todo su territorio, una medida excepcional, que no había sido decretada desde la llamada “guerra de los cuatro días” en abril de 2016.

Pashinián explicó que esta decisión fue aprobada porque Azerbaiyán puede comenzar “acciones militares en dirección a la frontera y recurrir a provocaciones para desestabilizar la situación en la región”.

Bakú, por su parte, afirmó haber lanzado una “contraofensiva” luego de haber registrado varios ataques a gran escala por parte del ejército armenio contra algunos asentamientos civiles, ubicados en la primera línea de la zona del conflicto.

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“Estamos en nuestra tierra, no queremos la de los demás. No se la entregaremos a nadie”, enfatizó el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, en el Consejo de Seguridad, donde prometió no ceder ante las agresiones de los separatistas.

De acuerdo con la Fiscalía de Azerbaiyán, 19 ciudadanos fallecieron este fin de semana durante los enfrentamientos, mientras que Armenia informó que 16 militares murieron y más de un centenar quedaron heridos.

El hasta ahora latente conflicto de Nagorno Karabaj, el más antiguo en el espacio postsoviético, ha vuelto a poner en vilo a la comunidad internacional. Debida a esto, Rusia instó este domingo al cese inmediato de las hostilidades en esa región.

“La situación en esa zona se ha deteriorado considerablemente. Instamos a las partes al cese del fuego y a comenzar las respectivas negociaciones a fin de estabilizar las relaciones”, indicó la Cancillería rusa.

Pashinián, por último, llamó a la comunidad internacional a ejercer su influencia sobre Turquía para disuadirla de interferir en este conflicto, ya que “desestabilizará definitivamente” la situación.